viernes, 4 de febrero de 2011

LESSIONES

El miedo de un deportista es el riesgo de caerse. Cualquier patinador en el momento que toma la salida en una competición tiene un alto porcentaje de sufrir una caída, ya que son muchos los corredores que quieren ocupar el mismo espacio de la pista y esto ocasiona nervios y llegan a caerse.


El altísimo ritmo que se alcanza en el patinaje de velocidad tiene en determinadas ocasiones, la triste cara de las caídas, que pueden provocar además un accidente de gravedad si el precipitado involucra a algún rival.


Las partes donde ay mayores lessiones son: en la nuca, en la parte leteral y en la frente


El miedo es el motor del deportista

nunca nos hemos puesto en los zapatos de un deportista y no nos preguntamos si ellos tienen miedo?? que sienten a salir y ser juzgado y sabiendo que son propensos a sufrir una caída



El miedo es el motor que mueve los músculos. Los del campeón y los del perdedor. El miedo te da alas. El miedo te hace volar. No se fijen en los gestos, los gritos o las bravuconadas de los deportistas antes de competir. Sólo ocultan el miedo que sienten. Porque todos los atletas tienen miedo. Los grandes y los pequeños, los que ganan y los que caen. Miren los ojos del deportista. Fijamente. Mírenle a los ojos y verán miedo, aunque sus brazos, sus piernas y sus muecas quieran decirnos lo contrario. Todos tienen miedo.

Lo que mueve el corazón de cada deportista es diferente: a unos les mueve la gloria y los honores; a otros, el dinero; a algunos, el ego o revanchas eternas; y a bastantes, la superación de los propios límites. Cualquiera de esas motivaciones es útil durante años, pero no sirve de nada en el momento de competir. Cuando el atleta compite no recurre a su motivación, sino al miedo.

Unos tienen miedo a perder la posición, lo ya ganado. O lo soñado. Otros tienen miedo a ganar. Se ven favoritos, ganadores en potencia y tiemblan ante la confirmación de sus sueños. Pero todos tienen miedo, aunque aparenten que no. Tiembla el anterior campeón porque ve aproximarse el fin de su reinado. Tiembla el gran aspirante porque es favorito indiscutible y teme fallar. Tiembla el líder imbatido durante todo el año porque le aterroriza caer justamente el día crucial. Tiembla el silencioso que llega en plena forma y prepara su zarpazo sorprendente. Tiembla el aparatoso extrovertido que promete la victoria a quien quiera escucharle. Todos tiemblan por dentro. Sus ojos están recubiertos de miedo. Pero cuando llega el momento de la acción, lo que mueve sus músculos y les propulsa como huracanes es el miedo. Corren como posesos, saltan como leones, nadan como delfines porque huyen. Huyen de su propio miedo”.

"no es más fuerte el que menos se cae sino el que mas veces se levanta"

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